No podía dormir. Y me puse a
imaginarnos como dos jaguares en plena selva, desnudos, ávidos de
instinto.
Al compás del viento corremos
frenéticos, mordiéndonos a cada paso, clavándonos las garras
afiladas.
No hay dolor ni sangre en ese nuestro encuentro.
No hay dolor ni sangre en ese nuestro encuentro.
Como dos jaguares en plena selva, más
expuestos que nunca: ahora te veo, amor, punzante, rocoso, libre,
verdadero…
Y me saboreas y me atrapas, envuelta en la tierra.
Y me saboreas y me atrapas, envuelta en la tierra.
Y te muerdo y te recorro, enraizada a
ti.
No podía dormir. Y clavé tus dedos en
mi memoria.
Alba Seoane
Alba Seoane
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