TIEMPO
Temo el paso del tiempo, sí, la propia sensación de que el vaso está siempre medio vacío, la incoherencia que mi ánimo salvaje implica.
“Tu tiempo es otro”,- me dijo una vez alguien muy amado que me reconocía.
Y sí, como existo estoy en constante conflicto con el tiempo, ¡qué vergüenza! Inclusive con el espacio.
A veces lo llamo locura, y me asusto, otras “vontade de viver” como dirían aquellos que en mi amado Brasil no conocen el tiempo sino la vida. Entonces me asusto más aún, de tanta alegría.
Pero la cuestión es que busco, busco y no encuentro, perseguida por un reloj social, masculino y de cuerda. Un “tic, tac” nauseabundo que ensordece mis ganas. Sólo los locos pueden dejar de oír ¿y yo? ¿puedo?
Ser mujer no me deja ser libre, libertarme de mi propio sexo sería el mayor encuentro en mi camino, por otros ya trazado.
Un maullido salvaje al final ahogado en su propio sentimentalismo: ese es mi sino.
Y de nuevo tus pasos resuenan en el eco de mi olvido, como una peonza giro sobre mi propio destino, con tu recuerdo de caracol como casa.
Un dolor amargo, en espiral, que me recuerda en mi falta de espacio, que también, aquel día, perdí el tiempo.
Alba Seoane
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