SOY: MAR
Qué incomparable placer el de
vivir únicamente al ritmo de las mareas, aguardar la noche desnuda y sin
zapatos, vestida de arena: de yo.
Había olvidado lo que siempre fui
por miedo a ser, pero ahora que por fin oscurece, ahora que apenas consigo
escribir, me siento negra y abismada de silencio: privilegiada.
Me adentro en el mar, me enfrento
a sus olas y su gloriosa luna, ahora me siento roca, por mis hendiduras entra
la sal que me acaricia y erosiona, porque sí, sin duda, la erosión también forma
parte de la forma: existencia.
No puedo sino sumergirme en la
oscuridad, ya no me asusta porque ahora sé que es profunda y sincera.
Y pienso: no podría pensar si no
fuera desnuda; el mar merece mucho más que un púdico trozo de tela escondiendo
el sexo avergonzado.
Arrástrame, quiero dejarme
arrastrar, dormir al ritmo de esta infinita canción de cuna marinera.
Pero no, una vez más, desprestigiada
y humana, nado contracorriente.
Alba Seoane
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