AGUA EN EL ASFALTO
Agua en el asfalto, una ilusión apagada, tu mano y la mía, no, las de ellos…
Mi luna se esconde dentro, muy dentro de la ciudad y de mí, un torbellino de luz y agua rodea mi esperanza, la pierdo, la vuelvo a recuperar ¿dónde puedo encontrarla?
La buscaré, donde sea, no importa…El agua corre por mis venas, me quiero fundir con ella y perderme en mi propio abismo. Dos caras de una misma moneda, luz y noche, silencio y murmullos, tierra sólida y viento que se esfuma y desaparece, esa soy yo.
Corazón que estalla y corazón acorazado, frágil, protegido…A veces, hay que flotar para sentir, despegar tus pies del frío mármol. Me mojo, no me importa, siento el agua sobre mi cuerpo, el silencio de tu presencia tan ausente, pero me da igual, el agua sigue corriendo.
Miro hacia el cielo y por fin estoy allí, lejos, muy lejos de lo que en realidad no existe, del estiércol, la mentira y el desengaño. Ahora veo lo que de verdad importa, lo que siento y veo ahora, en este instante, mi cielo y mi luna siempre acompañándome, el silencio, la pasión, el éxtasis y la soledad.
Los ojos ciegos miran pero no ven, los cuerpos que se entrelazan no siempre se funden porque no se entregan, el tiempo, el reloj, viento que lo apaga todo. Mi cuerpo se entrega, mis ojos quieren ver, no dejaré que mi reloj apague mi verdad, no dejaré que se lleven mi libertad.
Alba Seoane (Berlín, Alemania)
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